Relacionamiento económico de Venezuela y el Sistema Mundo durante el siglo XIX



















Relacionamiento económico de Venezuela y el Sistema Mundo durante el siglo XIX.

Cuando termina la guerra de independencia, Venezuela presenta un cuadro desolador, la base agropecuaria había sido dislocada por la guerra y, aún peor, la poca infraestructura que se había logrado construir antes de 1810 fue destruida, los núcleos urbanos más importantes, incluida Caracas, mostraban un estancamiento demográfico y hasta retroceso. En 1854 se podían ver todavía los efectos del terremoto de 1812. 


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Por lo tanto se planteaba la necesidad de revertir este cuadro a partir del cumplimiento de una serie de tareas: En lo económico restablecer la base agropecuaria y dar a la actividad económica una nueva orientación de acuerdo al marco de las nuevas relaciones internacionales, apuntando a una articulación plena con el sistema capitalista mundial. En lo social había que enfrentar un orden colonial que había sido golpeado duramente durante la guerra pero se mantenía de pie con sus formas y valores, ahí estaba la esclavitud y aún sobrevivían en la práctica elementos de diferenciación social vinculados al concepto de castas. En lo político se planteaba aumentar grandemente la cohesión nacional, orientada hacia la garantía de la integridad del territorio. En lo ideológico este conjunto de tareas convergían en la necesidad de fortalecer la conciencia nacional.

Una de las transformaciones económicas más importantes generadas por la Guerra Nacional de Independencia fue abrir el territorio venezolano al mercado internacional de manera libre y sin las trabas propias de la sociedad colonial

Este hecho, en razón del nulo desarrollo industrial del país, el limitado mercado interno y el carácter de monocultivo de la producción repercutió sensiblemente en la vida económica de la naciente república.[1]

Señala Brito Figueroa que el setenta y seis por ciento de los productos agropecuarios que se exportaban iban a las naciones industrializadas o en vías de industrialización: el café era consumido por Alemania y Estados Unidos, el cacao iba a Francia, los cueros se destinaban a Inglaterra y Estados Unidos; el azúcar a Estados Unidos, Inglaterra o sus colonias; el tabaco llegaba a Alemania.

        

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Después que pasó la primera crisis mundial de sobreproducción y especialmente desde 1830 la situación económica internacional se mostró próspera y los rubros agropecuarios que exportaba Venezuela fueron recibidos en un mercado estable que ofrecía buenos precios.

Inglaterra predominó como mercado de los productos agropecuarios venezolanos y como oferente de mercancías destinadas a satisfacer las necesidades del mercado interno, situación que se mantuvo hasta finales del siglo XIX. Durante este siglo se presentaron algunas crisis de sobreproducción a nivel mundial que afectaron los precios de los productos venezolanos destinados a la exportación. Estos eventos ocurrieron en 1825, 1837 y 1848.

El mismo Estado que viene posterior a la guerra de independencia y que mantiene una política liberal, abierta al mercado internacional capitalista mantuvo a lo interno una actitud de protección a las viejas formas coloniales de explotación económica, mientras practicaba la usura.

La ley del 10 de abril de 1834 favoreció al capital usurario comercial. La antigua legislación colonial tasaba y perseguía la usura como un delito, mientras que agiotistas y altos comerciantes importadores, ahora con control del Estado, se deshacen de ella y decretan la libertad sobre los contratos que llevó a la ruina a gran cantidad de productores, lo cual ocasionó no pocas manifestaciones de descontento que llegaron incluso a enfrentamientos armados.

Estos mismos usureros hacen promulgar el 15 de mayo de 1841 la “Ley de Espera y Quita” que refuerza la ley anterior. Estas leyes transformaron una situación de hecho en una situación de derecho. Ya desde la colonia los comerciantes y prestamistas van cercando a los terratenientes y a los medianos y pequeños productores con préstamos usurarios, apropiándose así de una buena parte del plusproducto creado del trabajo de los esclavos y los campesinos enfeudados. El plusproducto materializado en la cosecha, muchas veces pasaba íntegro al poder los comerciantes y prestamistas, conduciendo a un proceso de endeudamiento y ruina de los productores, quienes tratando de evitar el colapso económico intensificaban la explotación de sus esclavos y peones.

La economía venezolana en la quinta década del siglo XIX y como consecuencia de un proceso de desintegración evidencia un cambio significativo: la desaparición de la mano de obra esclava. La sexta década fue conmovida por una profunda y cruenta guerra social que repercutió de manera sensible en la vida institucional de la nación y marcó desde sus principios y desde sus realizaciones a todo el resto del siglo XIX.

Es a partir de la octava década y como consecuencia de la mutación estructural del sistema capitalista mundial que comenzaron de modo incipiente las inversiones de capital financiero en el país.

Los elementos anteriores pueden hacer que se considere a la segunda mitad del siglo XIX como una etapa significativa en el desarrollo económico venezolano, que media entre el régimen donde coexistían la esclavitud y la servidumbre y la estructura que se forma a partir de la explotación petrolera ya en el siglo XX. Durante esta etapa se fortalece el latifundio, aumenta la significación cuantitativa y cualitativa de la población rural y se robustecen las conexiones entre la producción agropecuaria nacional y el mercado capitalista mundial.

La autocracia guzmancista influida por el espíritu burgués pretendió impulsar el desarrollo de la producción agropecuaria sin modificar la estructura económica latifundista favoreciendo la inmigración de colonos europeos.

En 1857 y 1858 se desencadena otra crisis de sobreproducción que afectó a los Estados Unidos y a los principales países de Europa, lo cual ocasionó el cierre del mercado de las exportaciones venezolanas, llevando la balanza comercial a un saldo negativo.  De acuerdo con el profesor Brito Figueroa, el precio del café bajó un 20%, los cueros 70% y los subproductos de la caña de azúcar un 50%.

Nuevamente en 1873 vuelve a producirse otra crisis. Esta vez más profunda que todas las anteriores. Este evento señala el comienzo del tránsito del capitalismo caracterizado por la libre concurrencia al capitalismo monopolista o financiero en los Estados Unidos y países más desarrollados económicamente de Europa. Los precios de los productos agrícolas venezolanos volvieron a sufrir la mengua de estos casos.

Estos eventos demuestran la fragilidad del modelo económico agromonoexportador que se le asigna el sistema-mundo a los países que antes fueron colonia española.

En cuanto a la actividad industrial se puede comentar que en 1855 existían en la provincia de Caracas, cuya jurisdicción abarcaba los estados Aragua, Miranda, Guárico y Distrito Federal en la división político-territorial actual, según el profesor Brito Figueroa, 354 empresas calificadas de industriales; estas se dedicaban a: alimentación, textiles, madera, artes gráficas, químicas, cuero, piedra y arcilla, siderúrgicas, metalúrgicas, talleres de reparación y tabaco, entre otras.

Realmente, estas empresas eran talleres artesanales donde imperaba la producción simple de mercancías o talleres manufactureros, es decir, empresas con un personal relativamente numeroso de antiguos artesanos devenidos en asalariados quienes trabajando a mano y con un sistema de división del trabajo más avanzado se establecieron en Caracas.

En lo que respecta al latifundio se puede mencionar que constituía el obstáculo más serio para el desarrollo capitalista industrial en el país, porque: 

1.    Frenaba la formación del mercado nacional al mantener a la mayoría de la población con una capacidad de consumo casi vegetativa.
2.    Frenaba la producción de mercancías al mantener el fraccionamiento político e imponer toda clase de tributos a las mercancías que pasaban por su territorio, usando su propio sistema de tasación, pesas y medidas. Este fraccionamiento conducía a que las regiones orientales  dependieran cultural y comercialmente de la isla de Trinidad y Tobago, que las regiones costeras dependieran de las Antillas; Guayana de Trinidad y los andes de Colombia.
3.    El latifundio se mostraba técnicamente incapacitado para brindar a la incipiente economía urbana las materias primas indispensables para su desenvolvimiento.

La transformación económica experimentada en los países más desarrollados de Europa y en los Estados Unidos durante las últimas tres décadas del siglo XIX tuvo sus consecuencias en la economía venezolana. El desarrollo de las fuerzas productivas, el progreso de la técnica, el crecimiento y concentración de las actividades industriales en aquellos países habían creado las condiciones para el paso del capitalismo caracterizado por la libre concurrencia al capitalismo monopolista o financiero.

Hasta la quinta década del siglo XIX la industria liviana predominaba en el proceso de la producción industrial, la mayoría de estas empresas eran de proporciones reducidas y pertenecían a propietarios individuales y el peso relativo de las compañías anónimas era bastante pequeño. La crisis de 1873 llevó a la ruina a gran número de estas empresas e imprimió un poderoso impulso a la concentración y centralización del capital, entonces comenzó a tomar una importancia predominante la industria pesada, especialmente la metalúrgica y la de construcción de maquinarias, y con ella la industria minera, cuyo desarrollo requería enormes capitales. La difusión de las sociedades anónimas reforzó aún más la centralización del capital.

Resultado de imagen para imagenes de ferrocarriles venezolanos en siglo XIXEn aquellos países donde la acumulación de capital alcanzó grandes proporciones se formó una masa de capital sobrante. Desde las tres últimas décadas del siglo XIX Venezuela  comienza a transformarse en un territorio propicio para la inversión de capital sobrante y efectivamente se presentan las primeras inversiones de esta naturaleza en la minería y en la construcción de ferrocarriles.



La explotación del petróleo comenzó las últimas décadas  de siglo XIX. En 1863,  un norteamericano solicitó infructuosamente una concesión petrolera. En 1866 fue otorgada una concesión a Manuel Olavarría para explotar petróleo en los estados Monagas y Sucre por un período de 25 años. Ese mismo año fue otorgada otra concesión en el estado Trujillo por un lapso de 20 años. Ninguna de estas concesiones dio el resultado esperado y caducaron al poco tiempo.

Resultado de imagen para imagenes de petrolia tachira venezuela Una explotación que sí fue eficiente y mostró resultados comerciales positivos fue la Compañía Minera Petrolia del estado Táchira. Obtuvo la concesión para explotar este hidrocarburo el 3 de septiembre de 1878. La Compañía extrajo petróleo crudo a través del sistema de trincheras o pozo cavados a mano, refinándolo y vendiéndolo para uso doméstico y en el alumbrado. Se llegó a extraer hasta 60 barriles diarios. Dejó de funcionar en 1907, pero la concesión se mantuvo vigente hasta 1934.



La primera concesión para explotar asfalto se otorgó el 6 de septiembre de 1854 a D.B. Hellyer. En 1883 Horacio Hamilton obtuvo otra concesión para explotar asfalto durante 25 años en el oriente venezolano. Este contrato fue adquirido en 1885 por la New York & Bermúdez Company, filial de la General Asphalt of Philadelphia para explorar y explotar los productos naturales de los bosques existentes en terrenos baldíos del estado Bermúdez, con derecho a explotar el asfalto en el mismo estado. Se comenzó definitivamente la explotación en 1887 en el lago de asfalto natural llamado Guanoco. Se considera a este contrato como la primera concesión otorgada por el Estado Venezolano a un consorcio norteamericano. La compañía, por medio de este contrato, se comprometía a pagar al tesoro público dos bolívares por cada novecientos noventa y nueve y medio kilos de asfalto exportados, y cinco céntimos de bolívar por cada kilogramo de las producciones naturales, excepto la madera. Los inversionistas quedaban exentos de pagar los correspondientes derechos por concepto de importación de maquinarias, equipos y herramientas que necesitasen utilizar en estas actividades.

Antes de que se comenzara a explotar el sector de hidrocarburos se realizaron inversiones de capital de origen financiero monopolista en la construcción de vías férreas. En las tres últimas décadas del siglo XIX se establecieron los primeros ferrocarriles en el país; empresas alemanas e inglesas financiaron estos proyectos. Las concesiones ferrocarrileras que se otorgaron a estas empresas le aseguraban por parte del Estado un siete por ciento de réditos sobre los capitales aplicados.

En Venezuela  las inversiones del capitalismo de capital financiero introducen novedades en lo que respecta a las relaciones del país con el capitalismo internacional.

Hasta ese momento, las conexiones se afianzaban en la exportación de productos agropecuarios mercantilizados, la importación de mercancías y los préstamos  o las inversiones de cartera con intereses usurarios. Las inversiones directas (sobre todo en el sector ferrocarrilero dominadas por el capital financiero monopolista alemán e inglés, porque la concesión sobre el asfalto caduca en los últimos años del siglo), transforman el territorio venezolano en un área donde se acumula capital por vía de la plusvalía, pero en condiciones semicoloniales y en función de las necesidades de los monopolios metropolitanos.[2]

 A los pocos años, estos capitales, ya aumentados, retornan a sus países de origen (Inglaterra y Alemania en este caso). Se trata de una de las nuevas formas de dominación capitalista en su recién inaugurada  fase imperialista. En el siguiente siglo se afianzará esta tendencia en el sistema-mundo capitalista.

Esta modalidad de inversiones directas del capital financiero monopolista, no modifica en Venezuela la estructura económica en el siglo XIX, que sigue caracterizada por relaciones de producción muy parecidas a las que se observaban a finales del siglo XVIII. Uno de los rasgos más destacados lo constituye la presencia del latifundio al lado de la miseria campesina que este genera. Y unas fuerzas productivas escasamente desarrolladas.

En las ciudades se evidencia la producción de manera doméstica y artesanal  de bienes de consumo. En ciudades un poco más grandes como Caracas y Valencia, se presentan talleres manufactureros que pueden concentrar hasta sesenta trabajadores, los cuales, en no pocos casos, son los dueños de los instrumentos de trabajo que se usan en el taller. 

Como se comentó unos párrafos antes, la manera como los países latinoamericanos se relacionan con los países europeos desde el siglo XVI ha sido de subordinación y ha generado deformaciones en la estructura económica. Los mecanismos de relacionamiento han permitido un trasiego monumental de recursos desde Latinoamérica hacia Europa primero y EEUU después.

Al comparar a Venezuela con la mayoría de los países latinoamericanos, se puede afirmar que la inserción (en su fase imperialista) al capitalismo mundial es tardía, coincidente con la llegada al final de la expansión colonial europea. En este momento se han agudizado las contradicciones entre las potencias económicas por el control del comercio internacional, todavía dominado por Inglaterra. Es el petróleo venezolano el que hace que el interés de las potencias mundiales vuelvan su mirada hacia este país, tan poco atractivo hasta ese momento.

Desde 1904, tres países se disputaban la cúspide en el comercio internacional: Inglaterra, Alemania y EEUU.


El profesor Battaglini[3] plantea que al finalizar la primera guerra mundial en 1918 se generan ciertos reacomodos geopolíticos y geoeconómicos en el mundo:

1.    Las fronteras geográficas, económicas, políticas y militares de las potencias vencedoras se ven ampliadas a expensas de Alemania.
2.    Japón aumenta su preponderancia en el lejano oriente.
3.    La salida de Alemania de los mercados latinoamericanos y el debilitamiento de Inglaterra durante la guerra le facilitaron el camino a EEUU para su control sobre América Latina.
4.    El petróleo se posiciona como la principal fuente energética del mundo.

Venezuela cuenta con grandes recursos hidrocarburíferos. Su explotación por empresas extranjeras es favorecida por:
1.    Bajos impuestos
2.    Bajos salarios. Lo más apropiado seria decir: salarios miserables.
3.    Complicidad de las clases dirigentes para entregar concesiones en las más desventajosas condiciones para la nación.


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La crisis que se inicia con la caída de las bolsas de Nueva York en 1929 frena el proceso de recuperación económica que se experimentaba a nivel mundial, una vez finalizada la primera guerra mundial. La brusca caída de los niveles de producción en los países dominantes fue una de las expresiones más significativas de esta crisis.

En América Latina se produjo la desvalorización de la propiedad rural y urbana y una disminución dantesca de los niveles de exportación. Además generó más desarticulación de las economías de la región aparte de propiciar inestabilidad política.

En el caso venezolano, debido a que ya el petróleo había desplazado a las exportaciones agrícolas  como fuente de ingresos, antes de 1929, la crisis afectó menos el proceso de acumulación capitalista.

Entre 1913 y 1929 las inversiones norteamericanas pasaron de 3 millones de dólares a 345 millones de dólares[4], lo cual indica que estas inversiones se multiplicaron por 115 veces en 16 años apenas.   Federico Brito Figueroa plantea que

En Venezuela siglo XX (la Venezuela de la cultura del petróleo y del subdesarrollo, de la expansión demográfica y de la urbanización superpuesta, como consecuencia de ese violento cambio señalado), se destacan dos períodos cualitativamente diferentes: la época de la penetración imperialista y la época del neocolonialismo; el primero
Cronológicamente comprendido desde la primera hasta la cuarta década del siglo XX, y el segundo desde entonces hasta nuestros días. El primero, antecedente necesario del segundo, y el segundo, resultado necesario del primero.[5]


De seguido menciona cuales son las características fundamentales de cada uno de estos períodos: el primero cuando se entrega el territorio y el subsuelo a las empresas extranjeras a través de los “prestanombres” lo cual facilitó fundamentalmente el predominio de los monopolios norteamericanos. El segundo caracterizado no sólo por la simple dependencia económica y tecnológica, sino por el predominio  absoluto de los monopolios norteamericanos sobre todos los niveles de la vida socioeconómica de Venezuela, incluyendo la organización social, las motivaciones políticas, hasta la producción intelectual la cual contribuye a configurar una mentalidad que niega lo específicamente nacional venezolano, inclinándose vergonzosamente hacia lo gringo. En esto los medios masivos de difusión han jugado un papel esencial.

La segunda guerra mundial constituye el evento que más pone de relieve las contradicciones inter imperialistas hasta ese momento del siglo XX. Para muchos autores, esta conflagración es resultado directo de la crisis del 29. A partir de esta se va configurando un cuadro  mundial de donde podían tomarse algunas señales:

1.    El debilitamiento relativo que experimentan los EEUU ante los demás países industrializados. Es en EEUU donde se muestra con más dureza la crisis.
2.    La crisis no se muestra de la misma forma en todos los países. Ni sus consecuencias son las mismas en cada país.
3.    Alemania se recupera muy rápidamente  después de sufrir el fuerte revés de la primera guerra mundial.  Había recibido importantes inversiones extranjeras como parte de los resultados de la primera guerra.
4.    Las potencias europeas y EEUU, estaban muy interesadas en utilizar a Alemania para detener “la amenaza” soviética. Particularmente EEUU aumentó significativamente su intercambio comercial con Alemania y Japón a partir de 1933. Cuando se dice intercambio comercial, se coloca en primer término el material bélico.

Los cambios estructurales que se presentaron en algunas regiones de Europa y Asia durante la segunda guerra mundial y los años que le siguieron acentuaron el debilitamiento del antiguo imperio metropolitano cuyas colonias y zonas de influencia se vieron reducidas considerablemente, por lo que sus inversiones de capital sufrieron una mengua dramática hasta el punto de casi desaparecer, mientras que el poder imperialista de los Estados Unidos crece exponencialmente, aumentando su zona de influencia y sus inversiones.

De esta misma forma, en el interior de los países –no sólo ricos, sino también los pobres- ocurre la desaparición o estrechamiento de las pequeñas y medianas empresas a favor de las grandes empresas monopólicas.

El desenlace de la segunda guerra mundial ratificó a EEUU como primera potencia mundial y le adjudicó a América Latina la condición de “Patio Trasero” de este neo imperio. Controlar las fuentes energéticas y no sólo los mercados, se convierte en el componente fundamental de la estrategia  de las potencias del mundo. Así que a partir de entonces Venezuela, como fuente copiosa de recursos energéticos entra a jugar un papel geopolítico especialísimo. 


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Por otro lado, la alianza antifascista se convierte en un sedante para todo el potencial de lucha de los pueblos del mundo en contra de las clases hegemónicas y las empresas transnacionales. Las expectativas que crea en los pueblos el fin de la  guerra, sirve de estímulo a las próximas luchas en defensa de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de los pueblos del mundo. La Venezuela que surge después de la guerra también será expresión de esto.


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[1] BRITO FIGUEROA, Federico: Historia Económica y Social de Venezuela. Tomo I. Caracas, 1979. P. 225
[2]BRITO FIGUEROA, Federico: Historia Económica y Social de Venezuela. Tomo I. 1979. P. 307
[3]BATTGLINI, Oscar: Venezuela 1936-1941: Dos Proyectos democráticos. 2006. PP. 45-61.
[4]Ibíd.  P. 13.
[5]BRITO FIGUEROA, Federico: Historia Económica y Social de Venezuela. Tomo II. 1981. P. 349











Comentarios

  1. Buen día Douglas, muy interesante la publicación de este artículo "Relacionamiento económico de Venezuela y el Sistema Mundo durante el siglo XIX", ya que nos permite pasearnos por la historia económica y comprender un poco el porque de nuestra situación actual ante el mundo y cómo llegamos hasta aquí con el tema del petróleo como principal fuente de ingreso en el país. Pude observar como las circunstancias coyunturales, tales como las crisis de sobreproducción a nivel mundial que afectaron los precios de los productos venezolanos destinados a la exportación ocurridos en 1825, 1837 y 1848 aunado a otros hechos históricos importante como la segunda guerra mundial, obligaron a sustituir la producción agrícola como fuente económica en nuestro país, a través de la exportación de café, cacao, cuero , azúcar y tabaco por la exportación petrolera. Saludos

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